16/8/09

379 Partida en la bodega.

379 Partida en la bodega

Villeza, León, verano 2002.

6 comentarios:

analau dijo...

ahhhhhhhhhhhhh
soberbia!

Veji dijo...

cuatro hombres jugando,cuatro hombres reunidos en el uso de su tiempo.Este pasa sutilmente, inadvertido.Forma de gozar la vida,forma de cultivar la amistad.El espejo todo lo refleja y lo dice.

Anónimo dijo...

Hoy el espacio de los comentarios de este blog se va a quedar pequeño para mí pues son tantas las cosas que acuden ahora a mi mente…
No puedo decir que esta foto me resulte familiar, más bien diría que esta foto es la resultante de mi propia familia. Tener en esa foto a mi padre y a esos otros hombres que han estado presentes en mi vida a lo largo de tantos años, resulta ciertamente emocionante. Desde que era niño me he preguntado: ¿de qué hablan cuatro hombres a las cinco de la tarde con unas cosas de papel en sus manos, mirándose todo el tiempo y usando una terminología ciertamente incomprensible? Nunca aprendí a jugar a las cartas porque siempre me gustó mirar, como el fotógrafo que hace esta foto, que se ha situado ‘en la sombra’ de ese momento, donde nadie lo ve. No es casualidad que en esta foto aparezca el juego de cartas reflejado en un espejo, porque el propio juego de cartas es en sí mismo ya un espejo: el que juega a las cartas se mira en el compañero, igual que el tenista es un reflejo del que tiene enfrente -siempre que veo tenis no puedo dejar de pensar que se trata de un único jugador delante de un espejo-

Para mí esta foto es extraordinaria, y aunque siempre he tenido presente el cuadro de Cézanne “Los jugadores de cartas”, incluso hace años en un rodaje pude ver cómo cuatro jugadores ciegos componían para mí ese mismo cuadro mientras realizabamos en documental de la sordoceguera en España, creo que hoy día la fotografía “pinta” ya más que la pintura misma. Lo digo con todos los respetos, pero veo más pintores a los fotógrafos y cineastas que a los propios pintores.

No quiero extenderme más. Otro día hablaremos de la diferencia entre pasar el tiempo y matar el tiempo, que tiene mucho que ver con el juego de cartas, también recrear la mente de niño, la doble ficción que establece el juego en sí, las miradas, la voz, el universo de los hombres, un universo que parece muy realista pero que en realidad está fuera del mundo…. ¡En fín, tantas cosas!

Un abrazo.
Raúl.

Flamenco Rojo dijo...

Una patida de cartas, de dominó...mi padre podía estar ahí...

Saludos.

Amando Carabias dijo...

La realidad a través del espejo. Genial.

Inés González dijo...

Sos grande pibe, un cuadro dentro del cuadro,me remite a pelis rusas, no sé porqué.
Un abrazo