4/5/09

358 El Repartidor

Buenos Aires, primavera 1999.

6 comentarios:

haideé dijo...

Todos ausentes...

Amando Carabias dijo...

Como bien sabes, de fotos sé lo justo, o sea nada, como corresponde al herrero y bla, bla...
Dicho esto, me llama poderosamente la atención la fuerza de la composión y lo inquietante de las miradas, dirigidas todas a cualquier sitio, menos a la cámara. Ni siquiera la del protagonista que parece dirigirse con sus ojos al centro de la desesperanza.
¿Era el fotógrafo invisible?
Quizá sea esta la cualidad más importante de un buen fotógrafo, sobre todo si quiere que la verdad quede plasmada y no retratada.

Ventana indiscreta dijo...

Rostros ajenos al entramado del resto de las miradas. Me interesa ese rostro tan recogido que presenta el repartidor frente a ese rostro tan 'descongelado' del señor que fuma.

Besos.

Veji dijo...

este tipo de fotos,llenos de gente, de vida cuando están bien hechas, como esta me sitúan como en una ventana donde soy un espectador privilegiado

coto dijo...

Sólo pasaron diez años pero sigue siendo el mundo de hoy.

XuanRata dijo...

Saltos temporales y saltos espaciales. Pero todo aquí y ahora, en esa ventana que dejaste abierta el día en que se levantó el espejo de la camára.

Un ejercicio de sencillez y de sinceridad en cada foto.
Gracias por darme la oportunidad de conocer tu trabajo.